Si hay algo seguro en las oficinas de Samsung es que tras la debacle del Galaxy Note 7, la compañía necesita clavarlo la próxima vez que saque un smartphone estrella. Los ingenieros y diseñadores de la compañía están trabajando muy duro para sacar el Galaxy S8 a tiempo (y de manera segura), y algo más de información podría ayudarnos a imaginarnos lo que está por llegar. Con el anuncio reciente de su increíble Mi Mix, Xiaomi corroboró la teoría de que los smartphones han llegado a un punto álgido y existe la necesidad de mirar más allá, ya sea hacia la modularidad, las pantallas flexibles o quizá paneles más simples y sin borde.

samsung galaxy s8

Los laboratorios de investigación y diseño de Samsung parecen estar desarrollando un prototipo con cada una de las tecnologías arriba mencionadas, y algo más. Sin embargo, mientras que podrían tardar unos cuantos años en llegar al mercado, el dispositivo Galaxy S8 ya podría beneficiarse del diseño sin engaste que ofrece la última creación de Samsung Display.

Un informe de The Investor afirma que, de hecho, la rumoreada pantalla de 5,5 pulgadas 4K que va a debutar con el Galaxy S8 podría permitir que las dimensiones del teléfono contasen con una increíble proporción cuerpo-pantalla del 90%. Esto bien podría ser lo que el vicepresidente Lee Kyeong-tae estaba dejando caer en el WSJ de hace unos días.

«Samsung Display podría sacar una pantalla completa cuya proporción llegase a más del 90 por ciento el próximo año», dijo Park Won-sang, un ingeniero jefe en la unidad de fabricación de pantallas de Samsung durante la exhibición de Seúl de la semana pasada.

Tal innovación en el diseño podría significar que el famoso botón físico de home podría ser eliminado, dejando o bien un sensor trasero o una opción de reconocimiento de huellas dactilares óptico como alternativas viables.

Entre el empuje de Google hacia el mercado de consumo electrónico de alta gama y el gran rediseño de Apple para iPhone (lo que por cierto suena bastante a lo que tenemos aquí), el listón de Samsung está incluso más alto para el año que viene, así que podemos (y deberíamos) prepararnos para que las cosas se calienten. Con suerte, esta vez no explotarán.