El Galaxy S de Samsung de este año destaca especialmente por tener un diseño muy suave y una pantalla Infinity Display que cubre la mayor parte del panel frontal, mientras que la parte trasera tiene el logo de Samsung y un escáner de huellas dactilares cerca de la cámara trasera. Ya hemos visto muchos videos donde analizan hasta el milímetro el nuevo Galaxy S8 u otros donde hacen pruebas para ver cuántas caídas aguanta, pero otro usuario (JerryRigEverything) ha lanzado un tutorial nada menos sobre cómo hacer que el panel trasero se vuelva transparente, para así exponer todo lo que tiene.

El proceso en sí no es difícil, pero incluye el uso de un disolvente, pegamento y unas cuantas horas para completarlo. El Galaxy S8 tiene un baño de color en la parte trasera, al contrario que los Galaxy S7 y Galaxy S6, que tenían un coloreado similar a una pegatina en el panel trasero. Eso significa que el color del panel trasero no se puede quitar sencillamente, sino que necesitamos un disolvente.

Como siempre, por seguridad, si decides probar este método recuerda utilizar guantes durante todo el proceso. El primer paso es quitar el panel trasero usando calor y una herramienta de metal fina para que el cristal no se rompa. También hay que tener en cuenta que, al seguir estos pasos, estaríamos perdiendo toda la garantía del teléfono

No tendríamos carga inalámbrica ni protección contra el agua

Una vez hemos quitado el cristal, tendríamos que sacar el marco de la cámara y el escáner de huellas dactilares, que están pegados. En este punto, tendríamos que echarle el disolvente en el panel trasero y tener paciencia mientras desaparece el color. Samsung añadió una capa extra en la parte trasera que se puede arrancar con facilidad.

Una vez hemos quitado el panel de cristal, podemos ponerlo de vuelta o ir un poco más allá. Este siguiente pasó requiere que tomemos el módulo de carga inalámbrica y expongamos todas las piezas internas. El resultado final es un Galaxy S8 funcional con un panel de cristal transparente.

Sin embargo, para conseguir esto sacrificamos la garantía del teléfono, y el dispositivo ya no tendrá carga inalámbrica ni protección contra el agua. Por lo tanto, hay que considerar si realmente vale la pena perder todo eso por lo que se gana.