Hace cuatro días, un usuario de Twitter no identificado tuiteó una animación que provocaba ataques epilépticos al escritor de Nesweek y Vanity Fair Kurt Eichenwald, que tiene epilepsia. Ahora, Eichenwald ha dado el primer paso hacia identificar al usuario. En respuesta a una demanda civil impuesta por Eichnwald esta semana en un juzgado de Dallas, Twitter ha acordado ceder todos los datos relevantes sobre el usuario en cuestión. El ataque vino como aparente venganza por la agresiva cobertura de Eichenwald del presidente electo Trump. Mientras que Eichenwald aún tiene que presentar cargos criminales, la demanda civil fue suficiente para que Twitter cediese los datos, declinando resistirse o demandar más pruebas de Eichenwald. El siguiente paso probablemente será una demanda legal contra los operadores o proveedores del servicio implicados en los registros de Twitters, que tendrán registros de direcciones IP y otros metadatos sobre el nombre legal del atacante.

Casos similares han encontrado el éxito en el pasado. Twitter se reserva el derecho de registrar direcciones IP y otros datos de localización en su política de privacidad. Si el atacante se loguea en la misma cuenta incluso una vez desde un teléfono identificable o una dirección, Twitter podría usar esos logs de IP para identificarlos. Sin embargo, la política de la red social es guardar estos logs solo un breve periodo de tiempo, y no está claro cuánta información de ese tipo hay disponible sobre el usuario.

Cuando The Verge se ha acercado para pedir declaraciones a Twitter, un representante suyo ha declinado comentar en casos individuales, derivando las preguntas a las guías públicas para las peticiones de datos en casos legales de la compañía. De acuerdo con el reporte de transparencia de Twitter, la compañía recibió 2520 peticiones de este tipo en EEUU en la primera mitad de 2016 y satisfizo el 82 por ciento de ellas.