En Australia, el gobierno ha decidido probar qué tal funcionaría un robot para repartir el correo durante un mes. El protagonista de este experimento ha sido un robot llamado Billy the Box, que viene a significar “La caja Billy”, y lleva unas semanas repartiendo el correo a los ciudadanos de un barrio de Brisbane. Billy reparte el correo por la mañana, pero si alguno de los residentes lo desea, también puede repartir el correo por la tarde. El dueño de la casa recibe un código a través de un SMS en su Smartphone, y puede utilizar dicho código para que Billy le entregue su correo.

Pero parece que Billy the Box todavía no está preparado para repartir el correo de forma indefinida, ya que aunque el robot está realizando su tarea correctamente, se podría decir que el experimento está siendo un fracaso (al menos en nivel de recursos). Uno de los problemas es que, para que el robot reparta el correo, necesita ir acompañado de una persona. Es decir, que el cartero sigue teniendo que trabajar, solo que ahora también tiene que vigilar al robot…. Y además, Billy the Box solo puede llevar un paquete cada vez, así que hay que “rellenarlo” cada vez que llega a una casa.

Billy the Box es menos eficiente que un cartero de toda la vida

Peter Corke, un experto en robótica de la universidad de Queensland, ha declarado que aunque Billy funcione adecuadamente, sus requisitos lo hacen inviable económicamente. “Con Billy the Box se requiere un humano y una persona que repartan el correo casa por casa, mientras que el mismo humano, montado en un camión con el correo, podría repartir el correo de forma mucho más eficiente”.

Corke ha afirmado también que el robot no resulta muy útil, puesto que una vez que el residente se acostumbra a la novedad de recibir su correo de manos de un robot (lo cual suena, como mínimo, muy interesante), comienzan a molestarse por el hecho de tener que estar presentes en su casa para recibir su correo, lo que supone un paso atrás respecto del método tradicional.