Como ya ocurriera con sus antecesores, y como ya se venía pronosticando, los sistemas operativos Windows 7 y Windows 8.1 tienen los días contados. No hace mucho desde que Microsoft anunció que el último soporte para los procesadores Skylake de estos sistemas operativos llegaría el 17 de julio de 2017, siendo esta la última vez que la compañía volviese a invertir su tiempo en ellos. A partir de esa fecha aquel que siga utilizando estos sistemas operativos deberá atenerse a las consecuencias de ver su equipo expuesto si decide no pasarse a Windows 10. Como es evidente, no todo el mundo quiere hacer este cambio. De hecho, desde Lenovo han querido hacerse eco de las quejas que han recibido de muchos de sus clientes en todo el mundo, algunos de los cuales les han pedido que convenzan a Microsoft para que renuncie a este plan y sigan dando soporte a los dos sistemas operativos anteriores.

Al fin y al cabo, la razón es muy simple: no todo el mundo ve necesario cambiarse a Windows 10 cuando los otros dos sistemas siguen cumpliendo sus necesidades a la perfección, y más teniendo en cuenta que no tienen tantos años como para haber quedado obsoletos. No es del todo ético forzar a aquellos que no hace tanto que se compraron un dispositivo Lenovo con procesador Skylake a que se cambie a otro porque el suyo no va a recibir más actualizaciones.

Adrienne Mueller, gerente de ventas de Lenovo en América del norte, explicaba recientemente que no todos los clientes se han planteado siquiera la transición a Windows 10. Ni tienen por qué. Por eso piden a la empresa que interceda por ellos, poniéndose en contacto con Microsoft e incluso proponiendo que trabajen juntos para conseguir que la fecha de expiración del soporte de Skylake se retrase un poco más, a lo que la compañía se ha negado rotundamente.

Lenovo2

Es evidente que lo que pretenden en Microsoft es que todos los usuarios se cambien a Windows 10, lo que por una parte es comprensible ya que sólo tendrían que centrarse en mejorar uno de sus sistemas operativos y hacer de él la mejor herramienta posible, en lugar de dividir el trabajo en tres vertientes. Pero tampoco puedes forzar a un usuario a usar un sistema operativo si este no se ajusta a sus intereses o gustos particulares.

Desde Lenovo aseguran que han intentado convencer a los de Microsoft para que prolonguen el tiempo de transición, si bien es verdad que, como decíamos, la compañía no se ha mostrado muy dispuesta a ello.

En Lenovo insisten en que este es un caso sin precedentes, ya que hasta la llegada de Windows 10 la costumbre de Microsoft era la de dar soporte a sus productos durante años. Tal vez en el caso de Windows 7 no sea tan notable, pero sí en el de Windows 8, que apenas lleva cuatro años en funcionamiento y ya están forzando a sus usuarios a cambiarse al nuevo sistema operativo sin que sea realmente necesario. Y qué decir del Windows 8.1, que es incluso más reciente.

Está claro que esta decisión tomada por Microsoft forma parte de su objetivo de hacer llegar Windows 10 a más de cien millones de dispositivos en 2017, algo a lo que, sin duda alguna, no están dispuestos a renunciar. Por tanto, por mucho que protesten los usuarios, está claro que esa fecha se mantendrá y que más de un usuario tendrá que cambiarse, le guste o no, si no quiere que su sistema se quede obsoleto y, lo que es peor, expuesto a error, virus o sin poder usar determinadas aplicaciones.