Ya sabemos que los iPhone, o cualquier teléfono móvil en general, en combinación con el agua suele tener resultados catastróficos y que, por desgracia, suele ser una unión bastante más común de lo que nos gustaría. Todos conocemos a alguien a quien tu iPhone se le ha caído una o varias veces en alguna superficie con agua, para acabar siendo un pisapapeles muy caro. Seguro que también hemos escuchado a alguien decir que ha enterrado su iPhone en arroz después de darse un chapuzón; ¡o peor! Es posible que hayamos vivido todo eso juntos. Lo que resulta más curioso es la historia de cómo un iPhone se salvó gracias al congelado en seco. Sí, parece que de verdad se puede congelar en seco casi cualquier cosa, como en esta historia que ha llegado a nuestros oídos. Hace unas semanas, se supo a través de la empresa Harvest Right (donde venden estos congeladores en seco) de una pareja, Dan y Sharon, que habían salvado su teléfono móvil gracias a haberlo congelado en seco. El iPhone de Sharon había acabado por accidente inmerso en agua y, para su desgracia, no lo descubrió durante un tiempo; por lo que buscar cualquier solución era ya imposible.

Para cuando ella descubrió el iPhone, éste estaba ya lleno de agua e incluso podía escuchar el sonido del agua chapoteando cuando sacudía el teléfono móvil. Al día siguiente, al visitar su tienda de iPhone local, le confirmaron lo que ya se temía: no quedaban muchas esperanzas de salvar el teléfono, pero podría probar a enterrarlo en arroz como intentar que absorbiera toda la humedad que aún tenía el teléfono.

AppleiPhone7

De vuelta a casa, Sharon puso su empapado teléfono en una bolsa con arroz y lo guardó así durante varios días. Finalmente, a pesar del esfuerzo, no dio resultado. Puesto que la pareja tenía planeado marcharse durante una semana de vacaciones al día siguiente, dejaron estar el problema del teléfono. Sin embargo, Sharon se sintió muy afectada a causa del asunto, pues tenía en su teléfono almacenadas muchas fotografías de sus hijos y nietos, así como todas las direcciones y números de teléfono de familia, amigos, médicos y contactos de trabajo. Por supuesto, no se había hecho copia de seguridad del teléfono.

Cuando regresaron del viaje, Sharon le contó a su vecino lo que le había sucedido a su iPhone mojado. El vecino, que era un ingeniero electrónico que tenía un congelador en seco de la marca Harvest Right, tuvo una idea al respecto y le pidió a Sharon probar un curioso experimento. Sharon aceptó y su vecino se llamó el teléfono, que colocó dentro del congelador en seco. Al día siguiente, el vecino apareció en casa y les dio a Tom y Sharon un teléfono que se veía perfecto y que, al sacudirlo, no chapoteaba.

iPhone de Apple

Después de que Sharon cargase el mismo, comprobó finalmente que su iPhone volvía a funcionar perfectamente. No se puede decir que un congelador en seco sea la solución a todos los teléfonos estropeados por contacto con agua, pero desde luego que fue una curiosa solución al problema. ¿Y vosotros? ¿Habéis logrado resucitar vuestros teléfonos accidentados de alguna forma curiosa? ¡Hacédnoslo saber en los comentarios!