Hace algunos años todo era mucho más sencillo: si queríamos hacernos con el nuevo iPhone, iPad o MacBook Pro lo único que teníamos que hacer era ir a por ellos sin más, parándonos a pensar únicamente en el coste que ello suponía. Al hacerlo, nos hacíamos con el dispositivo más actual, el mejor y con la última versión de iOS o iOS X. Sin embargo, todo eso ha quedado muy atrás. Ahora, cada vez que queramos hacernos con un nuevo dispositivo de Apple, nos encontramos ante la tesitura de tener cinco modelos diferentes de iPhone, con dos o cuatro colores diferentes, con dos o tres opciones de almacenamiento, o que se ejecuta con dos chips diferentes. Vamos, un lío de mil pares de narices y más si ya de por sí somos indecisos a la hora de decantarnos por un dispositivo u otro. Porque, ¿cómo los diferenciamos? ¿Cuál escogemos si no tenemos muy claro cuáles son las diferencias entre unos y otros, con la añadida dificultad de que su nombre tampoco nos ayuda a distinguirlos?

El último iPhone que salió a la venta el iPhone SE, no es, ni mucho menos, el mejor dispositivo que ha sacado Apple. No tiene la mejor pantalla, ni la mejor cámara, ni la mejor batería. Ni siquiera admite el 3D Touch, además de que carece de sensor y de otros elementos internos que suelen caracterizar a este tipo de dispositivos. Es decir, que es difícil relacionarlo con cualquier iPhone que hayamos visto hasta la fecha ya que parece un modelo totalmente diferente.

Hasta hace unos años, cuando alguien tenía intención de pillarse un nuevo iPhone o quería saber cuándo saldría el próximo, la respuesta era bastante sencilla. Ahora es todo lo contrario. El precio de salida entre dispositivos no es el mismo y las diferencias entre modelos tienen poca importancia en lo que se refiere al rendimiento, por lo que es muy difícil recomendar un solo iPhone o decidir con qué modelo quieres hacerte entre toda esa gran variedad si las diferencias entre unos y otros son tan sutiles.

¿El iPad qué?

Si los iPhone nos traen de cabeza, es mejor ni hablar de los iPads. Hay dos versiones del iPad Pro. Dos. Versiones. A alguien le pareció buena idea ponerle el mismo nombre a dos dispositivos totalmente diferentes; uno, más pequeño, con una pantalla de 9,7 pulgadas; el otro, más grande, de 12,5 pulgadas. Oh, pero ahí queda la cosa. No, señor. El iPad Pro de 9,7 pulgadas es exactamente del mismo tamaño y tiene las mismas especificaciones que el iPad Air 2. Ejem. ¿A qué juegan los de Apple?

iPad Pro

Ah, bueno, espera. Que el nuevo tiene una pantalla con colores más vivos, un mayor contraste y unas imágenes más nítidas. Además, se ejecuta con un chip de tercera generación. Todo suena a: prácticamente te estamos vendiendo lo mismo, pero sabemos ponerlo con palabras más bonitas.

Sin embargo, la comparativa entre el iPad mini Pro y el iPad Air 2 empalidece en lo que se refiere al iPad mini. Es decir, Apple pone a la venta el iPad mini 4 y el iPad mini 2. A lo que no puedo evitar preguntarme: ¿Y qué pasa con el 3? ¿Dónde está el iPad mini 3? ¿Es el eslabón perdido? Nunca lo sabremos.

Como sea; estos dispositivos tienen una altura y profundidad diferentes, pero su pantalla es de 7,9 pulgadas en ambos dispositivos. Para encontrar alguna diferencia entre ambos tienes que bajar mucho en la página de especificaciones de Apple para descubrir que el más viejo de los dos no tiene el sensor Touch ID. Y tan frescos.

Por tanto, el iPad más barato sería el iPad mini de 16 GB con conexión Wi-Fi, que cuesta actualmente unos 280 euros, mientras que el más caro es el iPad Pro de 12,5 pulgadas, 256 GB de almacenamiento interno y conexión Wi-Fi, el cual cuesta la friolera de 1400 euros. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Que probablemente sea reemplazado por un modelo nuevo, más joven e imperceptiblemente más fino, en los próximos siete meses.

¿Qué tienes que decir de los MacBook?

Pues, ¿sabías que Apple sigue vendiendo el MacBook Air de 13 pulgadas desde 2009? Eso sí, actualizado con un nuevo procesador en marzo de 2015. Uno podría preguntarse quién querría ordenador sin pantalla Retina, más grueso que el MacBook, y más lento que la versión MacBook Pro de 13 pulgadas. Pues alguna razón debe tener Apple para mantenerlo todavía en el mercado.

¿Sabes qué otra cosa sigue todavía en el 2016? Sí, el MacBook Pro de 13 pulgadas sin pantalla Retina. Sí, ese ordenador portátil grueso y pesado de 2008. Podríamos llamarlo el MacBook Pro Viejo, y no estaríamos lejos de la verdad.

Apple MacBook 

La introducción de una nueva convención de nombres para Apple: el Pro, Plus y normal

¿No sería una buena idea tener nombres como iPhone Pro, iPhone Plus y iPhone? ¿Y qué me dices de iPad, iPad Pro y iPad Plus? Y lo mismo funcionaría para los Mac, ¿no creéis?

Analicémoslo en mayor profundidad. Siguiendo ese razonamiento, una línea de iPhone quedaría de la siguiente forma:

  • El iPhone SE (así como los futuros dispositivos de 4 pulgadas) pasarían a llamarse iPhone.
  • El iPhone 6s (y los futuros dispositivos de 4,7 pulgadas) recibirían el nombre de iPhone Pro.
  • El iPhone 6s Plus (o la próxima generación de teléfonos de 5,4 pulgadas) se llamaría iPhone Plus.

El iPhone podría ser aquel dispositivo más pequeño, barato y cuya velocidad sea la que ya conocemos. El iPhone Pro es aquel con mejoras tales como el 3D Touch, un chip más rápido y una pantalla con mejor tecnología. El iPhone Plus, por su parte, sería el dispositivo más grande en todos los sentidos. Tiene las mismas especificaciones que el iPhone Pro, pero cuenta con una pantalla más grande, una batería de mayor duración y mejores lentes para la cámara.

Quizás Apple podría implementar una convención de nombres en función del año en que salió el dispositivo. Es decir, ¿el nuevo iPhone Pro salió en 2016? Pues llámalo iPhone Pro 2016. Si no, llegará un punto en que quedará muy raro que sus dispositivos se llamen iPhone 27s y así, que al final les puede pasar lo mismo que a los de HTC ante su incapacidad por cambiar de nombre en los últimos años.  Todo un despliegue de originalidad (spoilers: no).

En lo que se refiere a iPads, la nueva convención de nombres quedaría de la siguiente forma:

  • El iPad mini (con pantalla de 7,9 pulgadas) pasaría a llamarse simplemente iPad.
  • El iPad Air o la versión más pequeña del iPad Pro (la de 9,7 pulgadas) recibirían el nombre de iPad Pro, sin más.
  • El iPad Pro de 12,5 pulgadas sería, lógicamente, el iPad Plus.

Simple, ¿verdad?

Además, podríamos aplicar en este caso la misma distinción por años. Porque, ¿quién le pondría el nombre de iPad Air 18 a su nuevo dispositivo cuando podría bautizarlo como iPad Pro 2016? Creemos que sería bastante más simple. Poco original, sí, pero menos ridículo que gastar toda la escala numérica.

Y no nos dejamos atrás los MacBook, no. Estos quedarían de este modo:

  • El actual MacBook seguiría llamándose MacBook.
  • El Macbook de 13 pulgadas sería el MacBook Pro.
  • El MacBook de 15 pulgadas pasaría a llamarse MacBook Plus.

Lo que está claro es que Apple necesita una nueva estrategia a la hora de bautizar sus nuevos dispositivos si quieren confundir menos a sus usuarios además de simplificar en mucho esta tarea. Esta ha sido sólo una sugerencia que se nos ocurre, visto lo visto.

Además, es el momento ideal para hacer este cambio antes de que se les vaya de las manos, ¿no creéis? ¿Qué os parece esta idea? ¿La encontráis útil? ¿Se os ocurre otra? ¿O creéis que la estrategia de Apple es más que válida?