Creo que pocos negarán que Tinder es una de las aplicaciones de las que más se oye hablar últimamente, si no tanto por su popularidad entre los usuarios (aunque es evidente que lo es) sí por ser una de las más revolucionarias. Tinder es sólo una muestra más de cómo han cambiado las cosas los últimos años gracias a las nuevas tecnologías, que tanto han simplificado nuestras vidas hasta afectar incluso en nuestra forma de ligar. Atrás han quedado esos remedios infalibles de la vieja escuela de pedir fuego o invitar a una copa. Incluso las interminables charlas hasta las tantas de la madrugada por chats que reunían toda la flora y fauna de la sociedad humana, el intercambio de correos o, más recientemente y que todavía se mantiene, los mensajes de WhatsApp.

Tinder arrambló con todo eso y simplificó la idea básica del ligue a una mera aplicación con la que podíamos puntuar a diferentes personas y ponernos en contacto con aquellas a las que hemos puntuado de forma positiva. Sí, quizás su método sea de lo más cuestionable si entramos en razones morales y demás, pero al margen de eso, no se puede negar que ahí radica gran parte de su éxito. Miles y miles de usuarios se han hecho ya con la aplicación y se han lanzado a la aventura de conocer a personas que en otras circunstancias quizás no conocerían. Sin embargo, en medio de ese camino de rosas hacia el amor eterno o una noche de verano, apareció el temible malo de rigor en cualquier historia con toques románticas. Un ser maligno y despreciable en forma de bug que despertó el caos entre los Casanovas en potencia hasta el punto de salpicar todos los medios.

Y es que, al parecer, el temible bug causó un error en el software de la aplicación que provocó que los usuarios perdieran todos sus datos, borrando a las personas que habían señalado como compatibles, dejándolos varados en un ciberdesierto solitario y desesperante, con nadie con el que poder ligar, hablar y quedar.

Por supuesto, los usuarios de Tinder no tardaron en poner el grito en el cielo y manifestaron su desesperación a través de los medios de comunicación, la gran mayoría de una forma frívola y poco apropiada. Ya sabemos que de todo hay en esta vida.

Tinder

Por supuesto, el equipo de Tinder no tardó en ponerse manos a la obra, y anunciaron a las pocas horas vía Twitter que estaban trabajando con ahínco para solucionar el problema cuanto antes, algo que apuntaba a ser un fallo técnico en la aplicación que se solucionaría muy pronto. De hecho, esto fue lo que escribieron: “Estamos sufriendo algunos problemas en este momento. Es posible que algunos usuarios no puedan iniciar sesión. Nos disculpamos por las inconveniencias”, a lo que al par de minutos añadieron: “Si ves que tus matches están desapareciendo, no te preocupes. Siguen ahí. Estamos trabajando en ello. Tus matches reaparecerán muy pronto”.

Al parecer, dicho bug ya está arreglado. Desde la cuenta oficial de Tinder en Twitter nos recomendaban salir de nuestra cuenta y volver a iniciar sesión en caso de seguir experimentando el fallo, que con esto ya quedaría solucionado del todo. En caso de que no sea así, no dudes en ponerte en contacto con el servicio técnico de la aplicación, que seguro que están más que dispuestos a ayudarte.

A pesar de que la aplicación de Tinder apenas lleva funcionando un par de años y viendo la reacción de sus usuarios en la red tras este molesto bug, cuesta creer que antes de la llegada de esta llamita blanca fuésemos capaces de ligar. Menudo alboroto.

1 Comentario

  1. Cuando se trata de errores, las grandes empresas tienen que tener cuidado porque se pueden filtrar muchos datos privados.