La red social más popular del momento, Facebook, tiene ya cierta fama de censurar todo tipo de imágenes que sugieran algún contenido ligeramente sexual o que se pueda considerar que va contra las normas de la página. Esta vez, sin embargo, se ha dado un curioso caso pues Facebook ha censurado una fotografía de la icónica estatua danesa de la Sirena (que se encuentra en la ciudad de Copenhagen) porque mostraba demasiada desnudez y tenía connotaciones sexual, siempre de acuerdo con lo dicho por la misma web. Por lo visto, eso sí, el equipo de la red social decidió revisar el caso y volver a mostrar la imagen después de que un político danés apelara a Facebook por este asunto, según informan los medios. La imagen de la estatua, de hecho, la publicó recientemente el político danés Mette Gjerskov para anunciar una entrada en un blog de la página web de la TV2. Después de que se diera la censura por parte de Facebook, Gjerskov comentó en su perfil que no podía promocionar su blog porque TV2 había elegido a la famosa sirena como reclamo visual. El político también añadió que no se lo habría esperado nunca, pues lo que había hecho Facebook era comparar un tesoro nacional con pornografía infantil y ese tipo de abominaciones.

Facebook

Facebook, tal y como indican en sus reglas, no permite publicar a los usuarios imágenes de personas en posiciones que muestran o sugieran contenido sexual, o imágenes en las que se muestra desnudez o escotes muy exagerados; ni siquiera por motivos artísticos o educativos. Gjerskov apeló la decisión tomada por Facebook el domingo por la noche, y la red social revertió su decisión el mismo lunes siguiente; por lo que decidieron no censurar a la sirenita tal y como informan desde RT.com.

En un desafortunado giro, TV2 decidió entonces escoger otra imagen en lugar de a la Sirenita debido a ciertos problemas de copyright. La política de Facebook a la hora de eliminar trabajos e imágenes con desnudez o mujeres dando el pecho es un contraste importante si lo comparamos con sus políticas menos agresivas en lo que respecta a problemas de de acoso, amenazas o casos como el club de violación Roast Busters en Nueva Zelanda, que estuvo activo durante dos años antes de que unos periodistas lo sacaran a la luz tras un caso muy mediático de violación.